


Las protectoras de animales le pisan la cabeza a los políticos y a Zoonosis
23/07/2025

Paula Martín: “Mis perros están sufriendo, y yo también”
La vecina de Río Grande fue denunciada por presunto maltrato animal en medio de una mudanza de urgencia. Asegura que sus perros estaban cuidados y acusa hostigamiento social y mediático.
Paula Martín, vecina de Río Grande, se encuentra en el centro de una fuerte polémica tras ser denunciada por presunto maltrato animal. La acusación surgió en medio de una mudanza de urgencia, provocada por problemas cloacales graves en su antigua vivienda. Durante el proceso, trasladó a sus once perros husky siberiano —junto a un caniche rescatado— a una chacra en la zona de Margen Sur, donde los mantuvo en caniles para protegerlos tanto a ellos como a los animales del entorno.
Pese a que contaba con un permiso anterior de zoonosis para la tenencia de sus animales, este fue desestimado por estar vinculado a otra dirección. Las autoridades intervinieron junto a medios de comunicación y retiraron a los perros, trasladándolos a las instalaciones municipales. Según Paula, los animales ahora permanecen encerrados 24 horas al día, sin posibilidad de esparcimiento, lo que los afecta emocionalmente.
“Ellos están sufriendo, y yo también”, expresó entre lágrimas durante una entrevista radial. Aseguró que vive en condiciones precarias, sin calefacción ni agua, pero que decidió priorizar la comodidad de sus animales. “Todo lo que hago es por ellos. La chacra no la compré para mí, la compré para que ellos estén mejor”.
Martín denunció además que ha sido hostigada en redes sociales y atacada por organizaciones que se presentan como protectoras de animales. “Dicen que tenía 25 perros, que los alquilaba... Todo eso es mentira. Salimos a andar en trineo con amigos y los perros, y ahora usan eso para inventar cualquier cosa”, sostuvo. También dijo haber sido víctima de acoso constante por parte de una vecina, que incluso le tira basura en la entrada del terreno.
Respecto al futuro, explicó que zoonosis le dio 15 días de plazo para finalizar la casilla donde estarán alojados los animales, y que una vez aprobadas las condiciones, los perros serían restituidos. Aunque en algunos medios se afirmó que solo recuperarían tres, Paula asegura que lo acordado es el regreso de los once.
Durante la conversación, también cuestionó la actuación de algunas protectoras, a las que acusó de presionar a funcionarios y actuar con intereses que poco tienen que ver con el bienestar animal. “Durante años colaboré con ellas. Vi cosas feas, pero nunca dije nada. Ahora son ellas las que me destruyen sin conocerme”.
Manipulación emocional y acusaciones infundadas: el costo humano de una estrategia política Una vecina de Río Grande se encuentra atravesando una situación personal difícil: está en plena mudanza y, como parte de ese proceso, tuvo que reorganizar el cuidado de sus animales. Lejos de recibir comprensión, ha sido señalada públicamente y acusada de maltrato animal, sin que se tengan en cuenta sus circunstancias ni se presente prueba alguna concreta que justifique tal imputación. La situación pone de manifiesto una práctica cada vez más habitual y preocupante: el uso de emociones legítimas, como la sensibilidad hacia los animales, para alimentar operaciones políticas y desviar la atención de los verdaderos problemas que enfrenta la comunidad. En un contexto social atravesado por la falta de empleo, el acceso desigual a la salud y la precariedad habitacional, sorprende que el aparato comunicacional de algunos sectores se enfoque en instalar debates que, aunque pueden movilizar a la opinión pública, no responden a las urgencias reales del territorio. En este caso, la persona afectada no solo lidia con el esfuerzo emocional y logístico que implica una mudanza, sino que además se ve expuesta al escarnio público, sin posibilidad de defensa ni resguardo institucional. Todo un sistema de comunicación parece haberse puesto al servicio de una narrativa que simplifica y distorsiona los hechos, generando una condena social anticipada y profundamente injusta. El maltrato, en todo caso, no es solo el que se denuncia de manera superficial, sino también aquel que se ejerce cuando se usa la imagen de un vecino o vecina como chivo expiatorio para alimentar intereses políticos. *Las opiniones expresadas en este artículo responden a una interpretación de los hechos por parte del autor y no constituyen acusaciones personales ni legales.* |










GOBIERNO CONTINÚA EL CICLO DE CAPACITACIONES EN ARTICULACIÓN CON EL SUTCAPRA

